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“No planificar mucho, sino comenzar”, esta recomendación hecha años atrás sirvió de estímulo para un proyecto que ha alcanzada un influjo importante en la zona. Sobre este proyecto nos habló el Doctor Manuel Reyna, abogado, Fundador y Presidente de Asopica, el día 6 de noviembre de 2025.
La historia comenzó con unos viajes de turismo al Parque Nacional Santos Luzardo, en el Estado Apure, específicamente en el Bajo Apure, en el eje Cinaruco-Capanaparo; en los alrededores del caño La Pica encontraron una población de la etnia Yaruro-Pume, en una zona aislada, sin electricidad, al margen de los medios de comunicación y de las facilidades digitales del mundo actual. Fue cuando estos turistas se preguntaron sobre lo que podían hacer por esa comunidad; después de pensarlo y consultarlo con otras personas, decidieron montar un colegio, surgiendo hacia el año 2003, la asociación Asopica, asociación sin fines de lucro orientada a servir a esta zona de Apure.
Así, comenzando en pequeño, con 15 alumnos, nació el colegio La Coromoto, que incorporó a varias maestras dispuestas a enseñar a los niños a leer y escribir. Por las grandes distancias despobladas de la zona, estos niños debían quedarse a dormir varios días seguidos en el colegio. Con la posterior inscripción en el Ministerio de Educación, el colegio fue creciendo hasta llegar a unos 55 alumnos.
En el año 2017 comenzó la idea de mudarse a la población de La Macanilla, en donde se pueden atender a 150 niños. Hasta la fecha han pasado por el colegio más de mil niños. El colegio está situado al lado de la iglesia La Coromoto y se llama escuela diocesana Nuestra Señora de Coromoto; llega hasta sexto grado, y los que deseen pueden continuar el bachillerato en otros centros educativos de San Fernando de Apure.

Diversos convenios han permitido el colegio como institución educativa. Por ejemplo: el convenio con la diócesis de San Fernando, ha permitido incorporar la formación religiosa a aquellos estudiantes que lo deseen. También se ha establecido un convenio con el sistema de Orquestas que ha supuesto la instalación de un núcleo en la zona. La instalación de una cancha deportiva techada ha facilitado la integración de los habitantes de la zona; todo apunta a la conformación de un verdadero centro comunitario, que ha permitido organizar iniciativas como la recolección de juguetes en Navidad o la formación de adultos.
Lo que comenzó como una pequeña idea, después de 24 años de vida, es sin duda un modelo inspirador que busca darle rumbo a la vida de muchos niños y a convertirlos en ciudadanos ejemplares. Una frase señalada durante el coloquio puede resumir la motivación del proyecto: “Una vida que cambiemos habrá valido todo el esfuerzo”
Nuestras felicitaciones al Doctor Reyna y a los integrantes de Asopica.
Colaboró en esta reseña:
Gianmario Sosa (CUM 2025)